Como Amigo / Review

En LA TEMPESTAD Numero 92, 2014

RETRATO DE MOVIMIENTO

Robert Creeley muestra en su Autobiografía que el paisaje cuenta tanto como los hechos. Escucha el pleito de una pareja, pero su mirada lo lleva a unas cuevas. Forrest Gander (Desierto de Mojave, EEUU, 1956) es geólogo de formación. En su obra el paisaje y los estratos invisibles de las rocas tienen un papel tan protagónico como los personajes. La pequeña obra maestra Como Amigo cuenta con esa musculatura. Sus creaturas resultan tan cercanas que salen con el lector a la calle: el poeta infiel Les; el envidioso y atormentado Clay (narrador del capitulo “Paisaje con hombre a quien mata una serpiente”); Sarah, que canta su duelo en un poema largo (en el tercer capitulo, “Más allá, sólo monstruos”); Cora, con su breve y destrozada aparición; e incluso Quinton, cercano a sus instintos, impermeable a los problemas morales. Hay una gran figura de la poesía francesa que tiembla, como un personaje, en el monólogo de Sarah: François Villon, reflejo tanto de Les como del poeta estadounidense Frank Stanford (en cuya historia y su trágico final se inspira levemente la novela), quien, como Villon, es un poeta al que se redescubre cíclicamente.

¿Cuántas novelas, incapaces de ofrecer una imagen, ponen como pretexto que están contando una historia? Este breve relato las obliga a buscar otra coartada: “La lenta flama azul dentro de la calavera de caballo floreciendo en una nueva dimensión, prendiendo lentamente un hilo en la oscuridad.” Es la imagen de un regalo que Les hace a Sarah, y que ella recuerda como si colocara la tragedia bajo su luz espectral. El libro abre con un nacimiento (el tormentoso parto de Les) y cierra con fragmentos de declaraciones hechas por el poeta en una entrevista cinematográfica. Ambos son partes de un retrato en movimiento, como si la novela siguiera la idea de Miles Davis que Sarah describe en su lamento—“atendiendo a lo que podría haber quedado fuera”—y encontrara la manera de acompasarlo.

Un verso de Gander dice: “sostienes la contradicciones con tu mano cercenada.” Así las sostiene este libro, en delicado equilibrio, tal vez porque su corazón es un poema largo que ilumina la filosofía central del jazz: conforme avanzan, las frases se completan entre sí; no existe un idea central. Contrapunto abierto, Como amigo se sujeta en los finos hilos que amarran la escritura, que permite a Forrest Gander decir, a través de la voz de Les: “La poesía, con sus interiorizaciones subterráneas y fogonazos de anfetamina que nos encienden, que encienden eso que llamamos nuestros seres interiores, ese nudo sagrado que nos ofrece un asidero a lo que en verdad sentimos.”

—Valerie Mejer